domingo, 20 de diciembre de 2009

quiero y-3

He salido a la calle, calzado con unas pobres All Star y, desde el segundo uno, he empezado a echar de menos a mis botas-tanque de Y-3, esas que compré online y devolví al día siguiente de recibirlas. Not for me, pensé en su momento y, pese a que la rebaja (de un precio absolutamente grosero a otro, digamos, asumible) no podía ser más tentadora, no las encontré utilidad real. No es un argumento (el de la utilidad) que utilice a menudo, sobre todo aplicado a este tipo de compras, impulsivas a veces, y movidas por mi insaciable fetichismo siempre. Pero esta vez si lo hice y decidí que si no iba a vivir en Mad Max o en un país con temperaturas polares, no las necesitaba. Y-3 cada vez saca mejor nota en eso que una buena marca de lujo debe hacer: generar fetiches, objetos de deseo, ítems independientes a los cuales no aplicar esas leyes absurdas del "lo necesito" y el "me compensa". Éstas botas lo demuestran. Ni las necesito, ni me compensan, pero las quiero igual.





2 comentarios:

Lucio dijo...

Mira me compré hace unos seis años unas chanclas de Y3 que conservo como oro en paño, son negras de neopreno con las tres rayas en naranja, una maravilla.

659 kilómetros dijo...

Quizá es una de las pocas marcas a las que soy realmente fiel. Ahora que Yamamoto va a tener mucho más tiempo para trabajar en ella, espero que se note.