Como parte del plan voy-a-caber-en-una-cazadora-de-Rick-Owens, me he planteado con más seriedad las sesiones de correr y piscina. Tengo la suerte de vivir al lado de una macro-manzana doble del Eixample, con un kilómetro de perímetro (casi exacto, estupendo para controlar las distancias de entranamiento) y una piscina olímpica. Además tengo dos ayudas: las Nike Lunar Glide para correr y, para nadar (o, mejor dicho, para después de nadar), el producto (espero que perfecto y definitivo) que impida que mi piel parezca la de un caimán a la tercera sesión piscinera. Es un producto de Kiehl’s, claro. Hace tiempo que la cosmética “sólo para hombres” me resulta sospechosa. Por cada producto realmente efectivo y adaptado a la piel masculina debe de haber diez o doce que son meros reenvasados de productos de las líneas “generales” (es decir, femeninas en principio) de la marca en cuestión, en formatos con peor relación tamaño-coste y, en algunos casos, perfumes y packagings “masculinos”, lo cual suele implicar mucho mentol en el primer caso y colores oscuros (gris mate) en el segundo. Mi reino por una marca de cosmética masculina que se preocupe de las necesidades cosméticas reales de los hombres, y no sólo de sus necesidades-cliché, miedos-cliché y debilidades-cliché. Joder, que sales de la piscina con la piel hecha un desastre y te da igual que el envase de la crema sea verde o azul: lo que quieres es que lo que contiene funcione.
domingo, 7 de febrero de 2010
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1 comentario:
a mi kiehl's me encanta. seguro que te funciona genial!!!
;-)
Un abrazo,
Jose
PD. Suerte con el propósito, jejejeje.
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