El mundo se divide entre los que creen que el exprimidor-araña de Philippe Starck es uno de los objetos mejor diseñados de la historia y los que lo consideran como algo muy estético pero poco práctico. Estos dos grupos no coinciden con otros dos grupos en los que también podemos dividir el mundo: los que tienen uno de estos ítems en su casa y los que no. Los que sí lo tienen se dividen entre los que lo utilizan, que son los menos, y los que no. Éstos últimos sí que suelen pertenecer a una de las primeras subdvisiones que he mencionado: las de los que creen que el exprimidor-araña es más decoración que utensilio de cocina. Yo soy uno de ellos. Y me siento un poco gilipollas haciendo mi zumo de naranja de todas las mañanas a mano, tras cargarme el exprimidor cutre que sí usaba. Mientras el otro sigue ahí, en su estantería, disfrutando de su estatus de icono del diseño moderno absolutamente inutil.
miércoles, 28 de abril de 2010
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4 comentarios:
Útil no es para nada, y quién lo diga miente. Porque por mucho que intentes tener cuidado ensucia bastante. Aunque en la cocina queda genial sin duda. A mi personalmente me encanta su estilo, pero si por mi fuera mi casa estaría llena de muebles y utesilios monos pero poco práticos :-p
El exprimidor perfecto esta claro que no es, pero es el adorno perfecto para una cocina si que es posible que sea.
hahaha muy bueno!
No paran de inventar cosas...
♥Raquel... :)
una vez leí un artículo que venía a decir, básicamente, lo mismo que acabas de contar. ¿Obra de arte o trasto inútil? O ambas cosas.
Eso sí, ante todo, símbolo del mundo yuppie de los 90.
Un abrazo,
jose
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