La tienda Giorgio Armani de la Diagonal tiene toda la pinta de ir a cerrar. Desde hace ya bastante se anunciaban (con un simple cartelito colocado en el escaparate, sólo visible de cerca) descuentos en el interior, ese eufemismo de las grandes firmas que significa, simple y llanamente, rebajas. Un 40% que ahora, temporada de rebajas reales everywhere, ha pasado a ser un 60. En el interior de la tienda, amplísima y del estilo "bunker de lujo" que caracteriza a las sucursales de la firma, percheros llenos de prendas, contados accesorios y sensación de lo que es, una liquidación de stock previa al cierre. ¿Cierre definitivo o temporal? ¿Cambio de ubicación de la boutique o marcha atrás de la firma en Barcelona? La víctima más clara de la expansión del imperio Armani ha sido precisamente su colección madre, la que lleva el nombre del genio. Porque es un genio, eso está claro. O lo fue, y ahora es un genio que se ha quedado atrás y ha sabido segmentar mal el negocio, o lo ha hecho mal, o demasiado, o demasiado poco. Armani ha cubierto todo el abanico, de productos y precios, y con ello ha perdido su esencia como totalidad. El espíritu Armani, el de la calidad, la discreción y, por qué no decirlo, la sosería elegante, siempre ha estado en Giorgio, pero las líneas "inferiores" (Emporio, Jeans, A/X...), enfocadas hacia targets bien distintos, la han devaluado. Y aunque nunca se bajó de sus pretensiones, ni de sus precios, Giorgio Armani, la marca, hace años que perdió presencia. El imperio incluso se extendió hacia arriba, hacia la alta costura que el propio Giorgio criticó tanto, con Armani Privé, que no consiguió demasiado reapuntalar la imagen de la firma y, por el contrario, la vació de contenido aún más. Necesitada de una intervención radical y revolucionaria (atreverse con una calendario de presentaciones propio, al margen de las temporadas establecidas, colocar a un personaje tipo Tom Ford dirigiendo la casa -aunque me da que él y mister Armani no se soportan- o replegarse sobre sí misma para después renacer), esta compañía gigantesca ha ido cediendo terreno en todos y cada uno de sus segmentos, hasta dejar de ser la número uno que en su día fue. Los desfiles y campañas de Armani (de ninguno de los armanis existentes) ya no son los que primero se analizan, ni sus propuestas las que más seguidores tienen. La famosa "elegancia Armani", con los años se ha convertido en inanidad beige e insulsez gris perla. Un dinosaurio que no sabemos si está muy bien domesticado, muy dormido o muy muerto.
domingo, 10 de enero de 2010
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