Moncloa no es Williamsburg, por desgracia para los que llevan ahora la famosa (sí, ya lo es) cafetería HD, penúltima sensación hostelera del modernerío madrileño. Una cafetería-cafetería, con su formica y su mierda por todos los sitios, reconvertida (conceptualmente, porque materialmente poca "re" se ve en el sitio) en una especie de bistrot-hamburguesería pensado para que lo frecuenten muchas All Star, pitillos (de los de vestirse con ellos y de los de fumar: sí, desfraciadamente se puede fumar aquí), gafas de pasta, barbas (¿cuándo va a terminar el reinado de las barbas? Quizá nunca, pues consiguen que tíos francamente feos tengan una segunda -incluso una tercera- oportunidad) y trapos comprados en tiendas de segunda mano y combinados con zapatos de Miu Miu. Esto último también es teoría, porque, insisto, por bien que se coma (no se come mal, eso es cierto, si te abstraes de la sensación de poca higiene que lo domina todo), HN no es Florent, HD no es Pastis y HD no es el Corner Bistro (qué maravillosas hamburguesas servidas en qué platos de plástico tan terribles...). Ser moderno es cansado, caro y arriesgado. Yo creo que me hago mayor, porque cada vez me cuesta más pasar por estos aros, aunque si son de cebolla sigo sin poder resistirme a la tentación...
sábado, 16 de enero de 2010
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