Entre las cosas que echaré de menos de Madrid (ciudad a la que volveré cada dos o tres semanas, pero dejadme ponerme dramático) no van a estar las tiendas de ropa, pues mis favoritas están en Barcelona. Aunque hay excepciones, como Clean (cuyo dueño, el genial Luis Lu aparece en el GQ de este mes sartorialistizado) o Sportivo, excepciones que confirman la regla de que Madrid aún tiene cosas que aprender de Barcelona. Serán sensibilidades distintas, o una historia distinta, o la tradición, pero el caso es que en Madrid no tenemos un Jofrè, un Santa Eulalia o un Muntaner 385, por poner tres ejemplos contundentes. Y aunque la cosa poco a poco mejora (la apertura de la boutique masculina de Prada, Aspesi, Moustache...), la distancia sigue estando ahí. En Madrid, a cambio de que las mujeres tengan un Ekseption, nosotros tenemos que tragar con megaboutiques de diseño enfocadas a públicos ultratendenciosos: gays radicales, futbolistas, celebrities de cuarta...
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3 comentarios:
love both cities, great shops in there
♥
http://marleymumbles.blogspot.com
y la hostelería de madrid? es que aquí al parecer somos más de bar.
Completamente cierto lo de la hostelería. Y que hay excepciones en lo otro también. García, sin ir más lejos!
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