jueves, 4 de marzo de 2010

Placer culpable número 23.567

El otro día me hice, por fin, en Limiteditions (tienda imprescindible), con unas Nike Air Max 95. Tras años de amarlas/odiarlas a distancia, había llegado el momento de dar el siguiente paso. De tener mi propio par. Cómodas como ningún calzado ha sido jamás, pero igualmente excesivas, recargadas. Horteras, sí, puedes decirlo. Anyway, otro clásico, mal que les pese a algunos. Y yo soy muy de clásicos. De clásicos macarras, parece ser, también. Las amo. Las odio. Y ahora, además, las tengo.



A veces es mejor dejarse llevar y asumir la realidad. Aceptar que te gusta la bollería industrial. O los coches tuneados. O los cadenones de oro. O las Nike Air Max 95. Todos tenemos un guilty pleasure. Algunos incluso varios.