viernes, 15 de enero de 2010

¿a qué huele Margiela?


Tampoco es tan dramático. Tras la salida misteriosa, dramática y un poco infantil del misterioso dramático y un poco infantil Martin Margiela de su propia firma, estaba claro que Renzo Rosso, dueño del invento desde hace unos años, pisaría el acelerador y convertiría a la máquina de hacer dinero potencial en una máquina de hacer dinero real. Posiblemente la forma y el timing del abandono del propio Margiela sea más una estrategia de marketing que otra cosa. Un "y ahora es cuando vamos a sacarle rentabilidad a esto" del que no se debe culpar ni a Rosso ni a nadie, porque cuando uno pone, compra o financia una empresa lo hace a cambio de beneficios económicos, y no de una página bonita en las enciclopedias del futuro. Sin embargo, como la página de Margiela ya estaba asegurada desde hace años, existía la opción de que Rosso (o Diesel, o el Diesel Group, realmente da lo mismo) mantuviese a la Maison Martin Margiela como fortín inexpugnable de creatividad extrema y arty, y la financiase con los tremendos beneficios que desgraciadamente parecen generar las colecciones de los horteras hermanos Caten, pues su marca DSquared es también parte del imperio Diesel. Parece que no fue así y Margiela no será sólo un capricho exquisito y deficitario, sino que intentará ganar dinero por sí misma, que para eso está en boca de todos desde hace ya mucho tiempo. Primero fueron las colecciones "demasiado comerciales", luego las "demasiado a la moda", luego la conversión de el logo-no-logo más logrado en un logo-logo-logo cansino y ahora, el consabido perfume, que primero se lanzará en Colette (cómo no. Algún día hablaré de este lugar límite) y luego su distribución se extenderá progresivamente. No sé a lo que huele, pero eso es lo de menos. El packaging es muy neo-Margiela (es decir, un poco una parodia del Margiela original y maldito), pero el concepto, una licencia lucrativa y rápida, es el de siempre. Supongo que se habrán hecho bien los números, y los ingresos por la venta del olor este compensarán los que se pierdan al popularizar demasiado la marca y quitarle (si es que aún lo tiene) su aura, conseguida tras muchos años de trabajo. Margiela ha muerto, viva Margiela.

2 comentarios:

RECIEN LLEGADA dijo...

Viva Margiela y todo su mundo¡Lo que hizo Martin nadie podrá quitarselo¡Era un gran artista,veremos en que se convierte la marca¡
Buen post¡
Beso.
DELIA

659 kilómetros dijo...

la marca me temo que se convertirá en un laboratiorio de creación interesante pero inconsistente, que producirá alguna cosas muy chulas y otras ridiculas y estafadoras, ya sin ese rollo neo-bauhaus del jefe, ni esa mezcla tan sutil de humor, conocimiento e instinto kamikaze...